Que tus negros cabellos cubrían mis manos
y que mis dedos en sus hilos caían.
con el deseo de admirar tu dócil figura
sólo hallé una almohada en mis brazos.
Han sido sólo dos noches y ya te extraño.
Sólo un día... con la mirada perdida.
Eternidad y segundos se me hacen sinónimos.
Dormido y despierto, son la misma palabra.
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